En Un Dia Como Hoy

2 de agosto

2 de agosto, 1986-Peter Cetera comenzó una temporada de dos semanas en el No.1 del conteo pop de EEUU con el tema de la película 'Karate Kid II', 'The Glory Of Love', el que también llegó al No. 3 en Inglaterra.

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Las Nuevas Diosas de Horus

Las Nuevas Diosas de Horus (Honduran Gothic Metal)

Frase de la Semana

Rockhouse, el mejor bar rockero de Honduras, localizado en la ciudad de San Pedro Sula.

LA LARGA CAMINADA (UN RECORRIDO POR LA VIDA DEL PROFETA DEL ROCK)

Como dijo un miembro de la tribu del rock hondureño, el profeta ha emprendido solo su camino por el desierto.

Fue mandato divino,  aunque no podamos entenderlo del todo y alguno no pueda aceptarlo aún.

Me parece estarlo viendo como todo un sabio que llega al final de sus servicios a la civilización, vestido con su jean azul y su innegable camiseta de Pink Floyd, preparando su bastón de profeta y sus libros de música bajo el brazo; para embarcarse en la larga caminada hacia confines recónditos de otras dimensiones; para llevar el rock y la paz a los que encuentre en su camino.



El inolvidable Tulio Renan Andino Méndez, sostiene una placa que celebraba su trabajo con el rock hondureño.

Todos sus devotos se han estado reuniendo alrededor de fogatas y de vigilias de puro rock para recordarlo, otros para exaltarlo, pero los más tristes, en un profundo silencio han intentado contactarlo en el más allá y entablar un diálogo con él,  para saber que hay allá al otro lado del silencio, preguntarle si se siente mejor que antes y si puede encontrar la paz que tanto añoraba.

Ah, que misterios son esos los de la muerte: creemos escuchar voces y solo es nuestra imaginación; y cuando creemos que son solo visiones; tenemos frente a nosotros inexplicablemente al amigo o al hermano que se fue demasiado pronto.

Y quizás hablé con él o solo llegó a mis oídos o a mi mente, la voz desgarrada del profeta diciéndome que en nuestro condenado país,  hay demasiado por hacer y que los soldados que librarán la guerra contra la ignorancia, el oscurantismo, el prejuicio y el cuestionamiento; son demasiado pocos.



Renan era felíz cuando las bandas de rock tocaban en vivo en su programa. Aquí con los Urania.

Ir a una guerra de esas, no es cualquiera que la soporta y la vence,  dice el profeta, y el y yo,  a los que nos han denominado burlonamente algunas veces como “los quedados”; sabemos eso por experiencia de varias décadas.

El ya me dijo lo que tengo que hacer y se trata de continuar con nuestra misión,  pero doblegando los esfuerzos y asumiendo sacrificios nuevos.

Y antes de entregar su nombre al libro de las almas del alto sacerdote maya y de que su tribu emprenda la danza por esa lluvia de comprensión y tolerancia humana que tanto necesitamos; el profeta me contó su historia frente a la fogata, mientras el arcángel Zadquiel hacía espera.



El hermoso Nueva Armenia, pueblo natal de Renan, lo vio crecer y empezar a soñar.

Erase una vez en el plácido y hermoso pueblo de Nueva Armenia,  al sur de Francisco Morazán; un inquietisímo niño que fue premiado con hermanos y primos con los que se llevaba perfectamente bien; por ese carácter afable que desde entonces tuvo.

Elmer, Olvin, Ana Bessy y Marcela eran sus inseparables compañeros, sus gavillas de travesuras y descubrimientos en el hermoso río azulado Coyolar que pasa por ese poblado, y en las verdes montañas que inundan las modestas casas.

Renán nadaba con sus parientes en Los Cajones, una poza que daba al río y ahí pasaron sus mejores años con la brisa de la montaña, la luz del sol, sus risas de cipotes y compartiendo sus juegos y experiencias infantiles.



Sus tías hermanas de su madre, fueron sus máximos amores.

Una de las interesantes anécdotas que me narró el profeta,  fue que su primo Olvin llevaba sus mismos apellidos (Andino Méndez),  a pesar de que sus papás no eran parientes, pero sus madres si eran hermanas.

Este niño,  además de inquieto, fue muy inteligente y le gustaba mucho la música; inclinación que siempre mostró.

Sin tener acceso a una educación musical; Tulio Renan de espíritu emprendedor; quizás inducido por cierta herencia de su papá, que tenía una marimba en el pueblo y además tocaba guitarra; se animó a formar su grupito musical.

Tener ese tipo de conjuntos era común en los pueblitos y Renancito no se quiso quedar atrás.



Los conjuntos musicales de pueblo inspiraron a Renan para armar su grupo musical de cipotes.

Empezó a incursionar en la música con instrumentos caseros y otros elaborados por los viejos de Nueva Armenia.

Y a él le fascinaba la batería; quizás soñó con llegar a ser un Nick Mason, un Bill Bruford o un Carl Palmer; pero por las limitaciones de la pobreza y el retraso cultural de nuestra amada Honduras; se tuvo que conformar con tocar con las latas vacías de su casa, y sus compañeritos con guitarritas de madera, maracas y una caramba.

Hasta en una fiesta de coronación de una escuela,  fueron invitados a tocar por su irreprimible entusiasmo y capacidad.



El azulado río Coyolar fue testigo de los juegos y aventuras infantiles de Tulio Renan.

Pero el pequeño Renan no siempre fue felíz; casi se crió sin su papá y su mamá era de un carácter muy particular; y todas sus carencias afectivas las encontraba en su amada abuela Adela, con quien estuvo viviendo hasta el sexto grado; porque después de eso,  lo enviaron a la gran ciudad a estudiar la secundaria en el Instituto Hibueras.

Pero impactado por el ambiente cultural que se respiraba en la antañona Tegucigalpa, por el corre corre de las bandas de rock en las fiestas estudiantiles y en los festivales que ya comenzaban a organizarse poco a poco para la tribu que ya se desarrollaba; se rebeló y optó por dejar sus estudios y a “engavillarse” con los rockeros capitalinos en los bares y fiestas de los colegios y de los centros sociales.

En su primer año de estudios vivió con su madrina en barrio El Bosque, la dilecta madre del músico nacional Edgar Valladares “El Profe” y esposa del doctor José León Valladeres.



El Instituto Hibueras de Comayaguela, fue el centro de estudios secundarios de Renan un tiempo.

A partir del segundo año, su querida tía, Titi, la maestra y madre de Olvin; pidió un traslado de una comunidad rural a Tegucigalpa en su oficio para que Renan y sus primos y hermanos pudieran estar juntos y compartir en la misma casa en la colonia Kennedy.

Pero ya Tulio Renan andaba muy rebelde y cambió su estilo de vida y sus primos y hermanos que siempre fueron un “nudo” con él, comenzaron a preocuparse mucho y el pequeño Olvin empezó a seguirlo cuando Renan andaba ya viviendo en carne propia la canción Alabama Song de los Doors, tratando de disuadirlo de que saliera a la calle.

Y como buen fan de Pink Floyd, el joven Tulio Renan se dejó arrastrar por esas notas y empezó a soñar despierto y a reproducir los viajes espaciales de la música, y su pequeño primo, cinco años menor que él; en su inocencia le pedía que dejara de portarse así y lo acompañaba caminando desde la Kennedy hasta la colonia Miraflores,  en donde funcionaba el Alcohólicos Anónimos más cercano.



La populosa colonia Kennedy fue la residencia de Renan por muchisímos años.

“Yo camino un sendero, los horizontes cambian; el torneo ha comenzado” decía King Crimson y eso parecía decir el joven Tulio Renan.

Nadie podía saber exactamente porque un joven tan noble y correcto,  se dejó enrollar por la vida acelerada de los círculos bohemios y la vida rápida del rock & roll.

Esas eran las sensaciones privadas, los secretos que Renan llevaba muy adentro en su alma, las que no hablaba más que con el viento y con su sombra,  al final del día.



La canción que era tema de la cortina de presentación de “Las Voces del Rock”.

Puede que la carencia de ciertos valores por haberse criado más que nada con su abuela, la curiosidad adolescente y probablemente una tendencia de su organismo a ser más vulnerable a las tentaciones embriagadoras; hicieron que el guardián de las llaves de la ciudad ignota,  pusiera persianas en sus sueños.

Estableció su gran romance, su amor eterno por Pink Floyd, el que le enseñó a volar, lo hizo recorrer el lado oscuro de la luna, asistir al gran concierto en el cielo, brillar junto al diamante loco y sobre todo, por ratos; tener altas esperanzas de que la vida podía ser mejor.

El profeta ya era ya su propio dueño; y cada nota de esas canciones, particularmente algunos acordes le calaron profundamente y lo mandaron a volar a otras dimensiones, lejos de sus vacíos y pesares.



En una ocasión, un grupo de amigos lo celebró al son de Pink Floyd.

Su pasión por escuchar y difundir rock en la radio desde el Barrio Abajo de Tegucigalpa, fue lo que acaparó su vida; fue el inicio de su gran aventura; fue cuando el bufón amarillo comenzó gentilmente a mover las cuerdas y a sonreír mientras las marionetas bailaban en la corte del rey carmesí.

Es irónico que mientras iniciaba una legendaria vocación de rock y radio en Honduras; su familia la pasaba mal, porque el ya recorría el camino del exceso y estaba dispuesto a devorar estrellas que saciaran su sed.

Hubo gente que lo quiso,  que no era su sangre, pero que lo quiso y que lo hacían sentar a cabeza,  aunque fuera a regañadientes, como lo hizo su mentor, don Douglas Bertrand Anduray, quien lo acogió como empleado y como hijo postizo en Radio Católica y en Stereo Amor.



Renan haciendo una transmisión de su amado programa en Rock & Pop San Pedro Sula.

Era el más joven entre el grupo de veteranos “empinadores de codo” en la Miraflores a los que alegraba y con los que habrá tenido grandes conversaciones; pero el solo quería escuchar rock y hacer radio y el jugar con las sustancias, era parte de esa afición.

Fue un gran estudioso de la música desde que tenía 15 años; conseguía la revista Billboard quien sabe de dónde y las devoraba; y al hablar de lo que aprendía; todos lo escuchaban.

Sus seres queridos no aprobaban sus amistades, pero jamás le dieron la espalda y lo trataban de apoyar y re orientar en sus pasos, porque más allá de lo que él fue en su etapa oscura; los suyos lo amaban por lo que Renan era en su casa: un ser sonriente, amable, sumamente noble, servicial, dispuesto a ayudar a quien pudiera.



Olvin Andino Méndez, el primo hermano de Renan que desde niño apoyó a su primo con toda sinceridad.

Y aunque era reservado y algo tímido, si tuvo éxito con las damas, y las llevaba a su casa de la Kennedy; pero estas se le retiraban porque no les parecía que su locutor amado, estuviera bebiendo tanto.

Entre ellas tuvo un gran amor, que tras perderse de la vida de él por más de 30 años; llegó a verlo por última vez en su encierro plateado.

Si le dolía no haber formado un hogar y tener descendencia; son temas que solo el profeta sabía cómo le afectaban; quizás formaban parte de sus quimeras, de sus silencios o quizás nunca fueron prioridades.



Extra Entretenimiento de diario La Tribuna le dedicó su portada el mismo día que fue enterrado.

Como también le dolía no haber podido ser baterista: porque en su casa de la Kennedy seguía tocando sobre sus latas, improvisaba y sacaba ritmos.

Quizás por eso se sentía orgulloso de su colección de batacas de rockeros famosos de Honduras y el exterior, así como de sus uñas de guitarras.

Y Renan mientras hacía sus programas en emisoras pequeñas y medianas, tenía un ansia que para él era como llegar a la Tierra Prometida, y mientras esperaba; se desarrollaba como un hombre hábil en diversas facetas de una cabina de radio.



Entrar a Emisoras Unidas a hacer “Las Voces del Rock”, fue de las grandes victorias de Renan.

Y cuando finalmente llega a Emisoras Unidas en los 90s; tenía el sueño de desarrollar su gran proyecto rockero, el cual no pudo sino hasta en el Nuevo Milenio, cuando ya estaba con las uñas afiladas y la confianza ganada.

Además de que pudo darle vida a “Las Voces del Rock” en dos emisoras diferentes antes de colocarlo en Rock & Pop; se hizo un experto Dj de rock, pop y disco en Sonitec, y por eso, se desveló tantos fines de semana, atendiendo fiestas de los pudientes.

Si, don Renan llevaba una vida muy cansada y algo estresante, pero estaba en su charco y se sentía contento, contentisímo de poder hacer lo que le gustaba.



Otro de sus trabajos que amaba, era ser DJ de rock y pop de Sonitec, otra empresa de EU.

Renan no le negaba a sus familiares que cuando regresaba de algún evento, de alguna de las fiestas que amenizaba o de hacer su programa; para él era una droga, poder levantar a la gente cuando ponía música o le tocaba hablar ante la tribu alrededor de la fogata.

Le fascinaba complacer canciones al aire, en las fiestas en las que le conocía los gustos a todos los anfitriones y en su último proyecto que tuvo en Nueva Armenia.

Cuando conocía artistas, le brillaban los ojos y se sentía dichoso, como fue cuando conoció a Joe Lynn Turner de Deep Purple, a Alan Parsons, quien lo impresionó por su gran altura, al grupo America, entre otros.



Renan se sintió impresionadisímo de conocer a Alan Parsons y de que le autografiara su disco de él.

Adoraba la música de Parsons y conocerlo fue un sueño para el profeta.

Le dijo una vez a su primo Olvin que Pink Floyd era la música que lo hacía sentirse totalmente bien e identificado con su propio yo a través de sus letras profundas y subjetivas y por los acordes que le perforaban el alma y que era como flotar a otras latitudes.

Y la otra gran pasión musical de Renán era Requiem y todo lo que producía en su estudio Aurora Borealis, el guitarrista y compositor Roberto Chico, un querido amigo suyo.



Requiem, la banda de rock que fue el gran amor de Tulio Renan Andino.

Requiem era su otra banda favorita a nivel mundial decía él jefe de la tribu;  parecía tener fijación con las rolas de estos chavos que en los 80s, salieron en su mayoría de un colegio salesiano, inspirados por las grandes bandas de rock argentinas de los 70s y por los rockeros progresivos ingleses.

La música de Requiem estaba ligada a sus sentimientos más profundos; y las letras de esas canciones lo impactaban, miraba esos trabajos bajo una óptica especial, desde un ángulo diferente que los demás: tenía la capacidad de ser más sensible con la música, que la mayoría de las personas.

Talvez por eso Requiem en su álbum “Tangobravo” del 2008,  no pudo menos que dedicarle su canción “Las Voces que Tú No Ves”, en honor a su amistad y a su programa radial.



Alexis Pineda y René Zelaya de Requiem acompañaron a los familiares de su gran amigo, en su vela en la colonia Kennedy.

Este tema es nada menos que el poema de Roberto Sosa, “Las Voces Que Tu No Oyes”  y fue musicalizado en los 80s por el entonces cantante del grupo de rock Laberinto y poeta, Oscar Ordóñez y grabada en voz por el glorioso Fabián Lobo.

Pero esa versión de Ordónez fue grabada para “Requiem II” del 2010 y se llama tal como el poema de Sosa.

Pero la versión dedicada a Renan, fue como una parodia de ese título del poema de Sosa porque se le quiso relacionar con Renan, su operador Hugo Montesi y los demás compañeros del profeta en Las Voces del Rock como ser Humberto Andino, Fausto Zapata y Carlos Solórzano, cuyas voces no eran conocidas para la audiencia más joven del programa.



Parte del equipo de Las Voces del Rock en sus primeros años.

De ahí la pequeña alteración al título del poema: “Las Voces Que tu No Ves”.

Por algo el jefe de la tribu,  honrado y emotivo;  comenzó a usar dicho tema como introducción de la hora de rock nacional en “Las Voces del Rock”.

“Mi continente solo y soledoso, se ilumina de faros si amoroso, lo rodea tu océano y lo asombra.

Mujer, mano elegida al mediodía, de reposada patria y melodía, de la guitarra amarga que te nombra.”

En el 2010, Renan escoge como tema oficial del programa la canción “Obertura” de Requiem, después de que lo fueron otras dos grandiosas canciones del rock mundial.



El grupo Maintower y otras dos bandas de metal, homenajearon a Renan con un concierto en vida en el bar Legends.

Pero es que así era de intenso el amor por la música de sus viejos amigos.

Renan se alimentaba espiritualmente con estas canciones,  ya que como dice Rigo Ochoa, cuando surgían los Peces Eléctricos, cual poetas muertos a la vida, Renan los miraba surcar en rabioso vértigo hacia el universo,  de planeta en planeta, cayendo al agujero negro.

Y cuando volaba la Astronauta y cruzaba sus ojos en el horizonte, resistiéndose a perder la tierra y el mar, Renan, el profeta, le preguntaba si aún queda esperanza de recuperar lo perdido.



Requiem no solo trabajaba su música con Renan; invitaban a su amigo a sus convivios personales.

Y cuando se escapaba El Loco del manicomio, Renan sentía que con mente y manos a la obra, la esperanza renace para hacer de este tiempo, uno de libertad y cuando se dejaba embrujar por El Proceso del Mago; sabía que no todo había terminado y en su corazón seguía buscando las respuestas para que en el centro de la verdad, se esparciera la luz.

Si, así de intensa se volvía la vida para Renán cuando escuchaba a Requiem; sus absolutos amores del rock hondureño, el grupo al que le entregó todo su corazón.

Quizás esa música era como un manantial de agua fresca que revitalizaba sus profundos vacíos, y sus fantasías cobraban forma y lo hacían encontrar respuestas y decodificar mensajes que encontraba en cada átomo del universo que tocaba.



Cuando Renan era más felíz era cuando escuchaba a Requiem: Aquí en la memorable La Caramba.

El tomaba la música de Requiem como un poeta y la procesaba para producir sabiduría divina.

Y así podía irse a dormir con una sonrisa en la boca y algo de esperanza en el alma.

Pero no solo se colmaba con la música de sus amados amigos de Requiem; también tuvo muchas horas felices dentro y fuera de la cabina de radio, gracias al infalible sentido del humor de varios de ellos, particularmente del irreprimible baterista René Zelaya.



Renan “chabacaneaba” mucho con sus amigos de Requiem en cabina junto con Hugo Montesi.

El profeta con una gran sonrisa me cuenta que entre Requiem y la gente de “Las Voces del Rock” siempre hubo un ambiente de mucho humor entre ellos; lo que dio lugar a que se escribieran hasta canciones pensadas en el,  en un tono desenfadado.

El programa tenía “spots” en los que el ocurrentisímo René imitaba a reconocidos políticos nacionales y a los legendarios Frijol y Gañote, y Renan les “daba duro”.

Inclusive. René cometió el “sacrilegio” de incluir un tema llamado Bonus Track al final del disco Borealis II, proyecto de tres miembros de Requiem; en donde el imita a Renan en buena onda.



Requiem hasta una parodia hizo de Renan y el grupo América en el tema “Bonus Track” del disco Borealis II.

Es un “sketch” en donde se parodia a Renan en la segunda visita a Tegucigalpa de la legendaria banda de rock América en el 2012, en donde el hizo de improvisado maestro de ceremonias del evento, ya que tuvo que decirle a la gente que el concierto se cancelaba para ese día por la torrencial lluvia, puesto que el agua se colaba por los extremos de los toldos y todo se iba a inundar.

Y en el “sketch”, el hace el anuncio con el grupo América en pleno escenario.

Renan estaba poniendo rock ambiental en el hotel Clarion, previo al concierto y le pidieron que les hiciera el anuncio.



Muy contenta con el precioso recuerdo de Renan que su familia obsequió a sus más allegados.

Dentro del “sketch”, Renan aparece traduciéndole a los de America en un inglés “macheteado”, lo que hizo que el público enfurecido, gritara por la cancelación.

La gente lo estaba insultando y el les mentía a los de América y les decía que la gente solo cosas buenas les deseaban y que comprendían la situación.

Esa broma iluminaba a Renan y provocaba ataques de risa en la cabina.



Uno de los últimos eventos de rock nacional a los que asistió Renan fue al estreno del disco “Por los Viejos Tiempos” de Diablos Negros.

Y el profeta nos contó como la vez que Requiem presentó su segundo disco en Las Voces del Rock; estaban presentes varios de ellos, pero faltaba el tecladista Jose Luis Suazo, el que se pone un poquito tenso al hablar en vivo y se traba.

Es cuando Roberto Chico hace las de Renan y anuncia que va a entrevistar a José Luis y René comienza a imitarlo trabándose como hace el tecladista y se improvisó la entrevista, mientras el profeta, se desternillaba de la risa.

La comicidad entre Requiem y la gente del programa llegó a tanto, que el jefe de la tribu hasta quería darles un segmento de cinco minutos a René y Gerardo Martínez, uno de los cantantes de Requiem y el de Pez Luna; para que hicieran una radionovela cómica como parte del programa.



Una foto paradógica: Renan y Guillermo Anderson en el Somos Rock Fest. Los dos murieron con cinco meses de diferencia.

Nunca se concretó pero era un intento de darle continuidad a la alegría que prevalecía entre ambas partes, cada vez que Requiem llegaba un jueves por la noche.

Ah y el orgullo del dulce profeta algunos lo conocieron; ese que afloraba cuando se sentía reemplazado aunque fuera momentáneamente en la vida o las preferencias de personas que quería o admiraba; y si, era un profeta celoso de su manada más amada y de sentimientos sensitivos.

Y decía lo que no le parecía muchas veces; otras prefería callar, para no herir a aquellos que más apreciaba.



Renan pasándola bien con los Angeles del Infierno y Delirium.

Después de su partida, me he dado cuenta de eso.

Pero como amigo se entregaba y esperaba exactamente lo mismo; y siempre estaba genuinamente interesado en el bienestar de sus allegados.

Y sus amigos le demostraron su cariño y su lealtad cuando su vida fue puesta en un delgado hilo en el 2010, cuando por ayudar a alguien en problemas que acudió buscando su auxilio; tomaron venganza en el de la forma más cobarde y el efecto de esa ráfaga que recibió; lo cambió para siempre fisícamente y su enemigo, nunca fue juzgado por nexos con el poder en esos momentos.



Nota de prensa de Extra Entretenimiento cuando Renan fue despedido injustamente de Emisoras Unidas.

Sus ánimos comenzaron a dilapidarse, su vigor físico, su voz profunda, sus órganos vitales y esto fue una espiral descendente,  que él decidió no controlar.

Pero este jefe de tribu, como los viejos y sabios apaches de las sabanas candentes del gran país del norte; a pesar de sus problemas y sentimientos heridos; siempre encontró el coraje para levantarse y seguir adelante.

Quizás alguna vez falló en esto, pero nunca perdió la dulzura del ser; ni siquiera cuando le dieron por la espalda y perdió su lugar tan bien ganado, en la Tierra Prometida.



Renan a pesar de que ya no era empleado de EU; siguió con su programa al lado de grandes amigos,  como Humberto Andino.

Eso repercutió en todos los aspectos de la vida del profeta, pero su leal familia no lo dejó solo, a pesar de que nunca quiso revelarles; como le habían hecho ese daño.

Incentivados por el amor que le tenían y comprendiendo sus pasiones; le abrieron su propio bar y reino del rock en las mismas lomas de su pueblo; y El Banquito nace para hacer felices los últimos años de vida del profeta.

Ahí Renan fue una superestrella, lo que él siempre quiso ser; y nada menos que en una casa abandonada de su familia, la que decoró con portadas de lps y algunos recuerdos de sus andanzas por la radio.

Dotado de un excelente equipo de audio comprado en la Capital del Sol por su devoto primo en un lugar que fue recomendado por el mismo Renan y una pantalla para videos; el señor de Las Voces; armaba su concierto privado para todos sus visitantes.



El Banquito, el bar al aire libre de Tulio Renan Andino en Nueva Armenia.

Complacía cada gusto y atendía como gran jefe de bar,  a cada uno de sus parroquianos; y aseguró que a pesar de que era un lugar de venta de bebidas espirituosas; el necesitaba de ese sitio para poder desarrollarse, puesto que ya no tenía un lugar estable en una empresa.

Aseguró que no tenía porque correr peligro, si él sabía cómo rechazar todos los demonios embotellados y procesados,  en las reuniones que amenizaba.

Invirtieron mucho en su lugarcito,  pero aunque lo hizo convertirse en piedra rodante de nuevo; el profeta fue felíz, muy felíz ahí y se sintió el mismo David Gilmour.



La familia de Renan habilitó que una casa de ellos sirviera como el bar El Banquito.

La envidia local de alguno,  hizo que le pusieran obstáculos para manejar con normalidad El Banquito, pero el siempre salió victorioso, porque las cosas las hacía en orden y buena voluntad.

Y ahí es donde el jefe de tribu levantó su “tee pee” y se encargó de convocar a sus shamanes en ciertas noches y sonaba la música de los dioses terrenales.

Y las montañas de Nueva Armenia, resonaron con el eco de las grandes canciones, de las más espléndidas letras de los sabios compositores del mundo del rock y en las mismas; el profeta se sintió rey y señor.



Renan era el mejor anfitrión en su bar El Banquito y así como un gran dj de rock.

Por eso su infalible amigo, Roberto Chico, su cómplice espiritual; quiso honrar el pequeño paraíso de Renan en su primer disco de solista “RC” del 2014 con la canción “El Banquito (O.A.) en la voz del fenomenal cantante de Requiem, Alexis Pineda.

El Banquito

Banquito fijas el rumbo de las horas
Tranquilo, cálido sur en la memoria
Casual en tus montañas sigues tan casual.

Banquito nada parece como ahora
Disfruto toda canción bajo tu sombra
Rodar sobre los campos vuelves a rodar

Lejos queda la ciudad
Donde las flores a menudo no crecen
Lejos de tanta maldad
En el silencio de tu corazón

Normal en tu refugio sigues tan normal.

Las ultimas emisiones de sus Voces del Rock; fueron hechas con alegría pero con cierta tristeza disimulada,  porque el profeta sentía los embates de su salud deteriorada.



El Banquito funcionaba entre las montañas de Nueva Armenia e hizo felíz a Renan.

No obstante, fue felíz cuando antes de caer enfermo de verdad; acudió a un concierto de Arcablues, la banda de su incondicional Roberto Chico, en un pequeño bar al sur de la ciudad de Tegucigalpa, en el que le complacieron todas sus canciones de rock argentino y blues.

Esas son las memorias que se llevó a su nueva morada; junto con su inseparable camiseta de Floyd, otra de AC DC que le trajo un gran amigo desde Los Angeles, un pañuelo de calaveras mío y dos portadas del suplemento Extra que le dedicó su portada, el dia en que fue arropado por la tierra de su pueblo natal.

Y mientras el pueblo se agolpó para acompañar a uno de sus hijos más queridos; un parlante de uno de los carros de su familia; rompiendo tradiciones de siglos y protocolos católicos; no dejó de sonar la música de Gilmour, Barrett, Waters, Mason y Wright a lo largo de todo el cortejo fúnebre.



Dos grandes amigos de Renan lo visitaron en el Seguro Social cuando se recuperaba: Carlos Cortes y Carlos Portillo.

Así como todos los rockeros esperamos ser despedidos.

Y así terminó su larga caminada el jefe de la tribu, el profeta del rock.

Ya no sufre, no lo agobia ningún demonio, ya no lo roza ninguna bala ni lo alcanza ninguna acción innoble.



Ahora disfruta de the great gig in the sky en primera fila.

Larga vida a Las Voces del Rock!



Mi última foto con mi gran amigo y colega en el lanzamiento de “´Por Los Viejos Tiempos” de Diablos Negros.  Con nosotros, Jorge Fonseca de Magelas Rock.



Afiche de edición homenaje a Renan dos días después de su muerte.



Portada del disco de Roberto Chico “RC” en donde está la canción “El Banquito”.



En vida, la tienda Rock & Tees le fabricó a Renan, su línea exclusiva de camisetas de Las Voces del Rock.



Edición especial de “Las Voces del Rock” que hice con tres grandes compañeros de radio de Renan, dos días después de su concierto benéfico.



Nota de prensa de Extra Entretenimiento de La Tribuna por la muerte del profeta del rock.



Rock & Tees en sus tiendas de SPS y Tegus, homenajearon a Renan.